Las razones desafortunadas que impulsan al emprendedor son escapismos hacia el futuro.
Es importante comenzar hablando sobre la razón por la cual estas considerando emprender un negocio. Responder a esta pregunta puede ser un desafío, ya que requiere un ejercicio de honestidad importante de tu parte. Muchos emprendedores, al enfrentarse a esta cuestión, suelen recurrir a una respuesta inmediata: la idea de negocio.
Es común escuchar respuestas como: “Quiero emprender porque tengo esta idea” o “Esta idea de negocio o producto es lo que me lleva a emprender”. Sin embargo, debemos comprender que esa respuesta no es suficiente. La idea es la base del negocio, pero no constituye una motivación válida. Es similar a alguien que desea ser escritor y dice: “Tengo una historia genial en mente”. En ese caso, nos preguntaríamos si realmente se trata de un verdadero escritor y qué pasará cuando agote su único recurso.
Es fundamental evitar el autoengaño y reconocer que la idea o la oportunidad detectada son simplemente el vehículo para la actividad emprendedora, pero no una motivación sólida y duradera. Así, podremos encontrar una razón más profunda y auténtica que nos impulse a emprender con éxito.
Razones desafortunadas del emprendedor
Sin embargo, la idea de negocio no es la única motivación en la que muchos emprendedores, que posteriormente fracasan, han basado su aventura empresarial. A continuación, enumeramos otros motivos comunes:
- Encontrarse desempleado y necesitar salir adelante.
- Sentir aversión hacia el jefe actual.
- Despreciar la empresa actual en la que trabajan.
- Deseo de no depender de ningún jefe y no soportar recibir órdenes.
- Buscar conciliar la vida personal y profesional.
- Anhelar la libertad de horarios.
- Tener el control sobre la elección de días de vacaciones.
- Ambicionar ganar más dinero que trabajando para alguien más.
- Necesidad de demostrar algo a los demás.
- Desear demostrarse a sí mismo sus capacidades
- Aspirar a enriquecerse rápidamente o lograr un éxito instantáneo.
- Contribuir al desarrollo de la región.
- Dedicarse a un tema que apasiona y que solo es posible al emprender.
Es posible que te hayas identificado total o parcialmente con alguno de estos motivos. Los motivos enumerados del uno al siete en la lista anterior representan, en realidad, escapismos de situaciones personales o profesionales que nos amargan y desalientan a muchas personas.
Solemos anhelar un cambio de vida, pero no sabemos cómo afrontarlo, lo cual es motivo de pesar y compasión. Se suelen denominar como motivos “lamentables” porque es triste que alguien se encuentre en esas circunstancias.

La denominación “probador de fortuna” es muy acertada. ¿Te consideras un probador de fortuna? O, dicho de otra forma, ¿eres un emprendedor genuino o solo un probador de fortuna?
No expongas nuevamente tu idea, no te aferres a esa única opción. Por un momento, olvídate de la idea y reflexiona, a nivel personal, sobre tu verdadera motivación para emprender. Existen personas que, de manera inesperada, se encontraron en una situación en la que no tenían otra opción o alternativa que emprender, y lograron un éxito impresionante. Por cada motivo lamentable mencionado, encontraremos no solo una, sino innumerables personas que les fue muy bien en sus emprendimientos.
Entonces, ¿Qué significa emprender realmente?
Emprender es una manera de enfrentar el mundo, una perspectiva de vida que no es cómoda para todos. ¿En qué consiste esta forma de vida? Es aquella en la que la persona encuentra satisfacción en la incertidumbre y la inseguridad sobre lo que depara el mañana. El auténtico emprendedor es aquel que experimenta un placer especial ante lo desconocido.
Un rasgo distintivo de los verdaderos emprendedores es que no contemplan la posibilidad de fracaso. No es que sean ciegos o ilusos, seguramente son realistas y conscientes de los desafíos. Sin embargo, su entusiasmo supera todas las dificultades.
Si te das cuenta de que no puedes adaptarte a la incertidumbre, no pierdas el tiempo. En cambio, piensa si deseas llevar a cabo el negocio que tienes en mente. No te concentres solo en la idea, analiza si estas dispuesto/a a aceptar la incertidumbre que esta implicaría en tu vida.
¿Te consideras un emprendedor?
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